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Al envejecer, nuestra vista puede enfrentar varios desafíos. A partir de los 40 años y por el resto de nuestras vidas, muchos de nosotros tendremos afecciones que van desde el ojo seco y la presbicia (reducción de la capacidad de leer de cerca) hasta degeneración macular y cataratas.1
Otro posible trastorno de la vista cuyo riesgo incrementa con la edad es el glaucoma.
A veces, los síntomas del glaucoma pueden pasar desapercibidos por años. Los exámenes de la vista regulares son importantes, porque el tratamiento temprano a menudo puede detener el daño y proteger la vista.2
El glaucoma no es una enfermedad sola, sino un grupo de enfermedades de los ojos que pueden derivar en la pérdida de la visión o ceguera. Existen diferentes tipos, pero la mayoría de las veces, cuando las personas hablan sobre el glaucoma, se refieren al glaucoma de ángulo abierto.3
Algunos expertos piensan que el glaucoma de ángulo abierto podría ser el resultado de la acumulación de presión detrás de los ojos, que empuja el nervio óptico y eventualmente lo daña.
Según la Glaucoma Research Foundation, todos corren riesgo de tener glaucoma, desde los bebés en adelante, pero en las personas de la tercera edad el riesgo es mayor. La fundación dice que más de 3 millones de estadounidenses tienen glaucoma, pero solo la mitad sabe que lo tiene.4
Los afroamericanos son mucho más propensos que los caucásicos a contraer glaucoma, y las personas de ascendencia asiática también tienen mayor riesgo de ciertos tipos de glaucoma.5
El glaucoma no tiene cura, pero puede tratarse y normalmente se hace mediante la disminución de la presión ocular. Según la American Optometric Association, las gotas recetadas para ojos son el tratamiento inicial más común. También pueden recomendarse tratamientos con láser o cirugía. Los pacientes con glaucoma deberán continuar el tratamiento por el resto de sus vidas.6
¿Cuándo fue la última vez que vio a un oftalmólogo para un examen? Si ha pasado más de un año, tal vez debería programar una cita.
Este material se ofrece con fines informativos únicamente y no debería ser considerado como asesoramiento médico ni utilizado como sustituto de una consulta a un profesional médico con licencia. Debe consultar con su médico para determinar qué es lo adecuado para usted.
Fuentes